Ecosistemas Territoriales de Bienestar
El proyecto “Ecosistemas Territoriales de Bienestar” de Fundación Kiri en colaboración con Grupo Educativo, Centro interdisciplinario de Neurociencia UC, Fundación Mustakis y Fundación Impúlsate, tiene como objetivo principal fortalecer el bienestar socioemocional de niños y niñas entre 3° y 6° básico en contextos de vulnerabilidad y multiculturalidad en las regiones de Ñuble y la Araucanía.
El programa comprende dos modelos de implementación que se ajustan a las necesidades y recursos de los colegios beneficiarios. Por un lado está el modelo completo de intervención, que se basa en una intervención sistémica en la que se aborda el aprendizaje socioemocional (ASE) a través de talleres de disciplinas deportivas culturales y científicas, proveyendo formación en liderazgos educativos para entregar herramientas concretas para el ASE a las comunidades educativas y circuitos interescolares, los cuales son una red de eventos que provee un espacio seguro para la convivencia de los estudiantes y sus familias en torno a actividades organizadas para consolidar el aprendizaje socioemocional.
Por otro lado, el programa entrega un modelo de transferencia pensado para establecimientos escolares que requieren de un modelo de intervención socioemocional más ligero y adecuado a sus recursos. Se basa en la capacitación de docentes y talleristas internos de las escuelas para que puedan implementar talleres disciplinares deportivos, científicos y culturales con enfoque socioemocional.
Este esfuerzo se respalda en prácticas basadas en la evidencia de CASEL y con el apoyo de EASEL lab (Harvard). Se persigue un enfoque ecológico, sistémico y sostenible que permita dejar transferencia de capacidades y escalar el proyecto para así favorecer una salud mental adecuada y mejorar el bienestar socioemocional de los niños y niñas de Chile.
Desafíos que aborda
La salud mental es crucial para el bienestar individual y social de niños, niñas y adolescentes (NNA) (Torres, 2018). Según la Organización Mundial de la Salud (2021), uno de cada siete jóvenes en el mundo sufre trastornos mentales, representando el 13% de la carga mundial de morbilidad en este grupo. La pandemia agravó esta crisis, resaltando la necesidad de HSE (“Salud, Seguridad y Medioambiente”) (Arias, Hincapié & Paredes, 2020). De hecho, según el Diagnóstico Integral de Aprendizaje (2021), el 70% de los NNA tiene dificultades para expresar emociones y un 54% carece de motivación.
La Fundación Kiri acogió esta problemática y realizó un diagnóstico mediante métodos mixtos. En primer lugar, se utilizó metodología cualitativa para conocer el contexto en el que se desenvuelven los NNA y equipos directivos de escuelas vulnerables. Para ello, se realizaron focus groups en 13 colegios de la Araucanía (LA) y la región Metropolitana (RM) y se escucharon las voces de 91 niños y niñas de entre 3° y 5° básico. El diagnóstico realizado en terreno en distintas escuelas revela un panorama complejo en el desarrollo socioemocional. A través de estos levantamientos se dio cuenta de que la pandemia ha dejado huellas evidentes, manifestándose en sensaciones negativas entre los NNA, como aburrimiento, tristeza, ansiedad, especialmente en el ámbito educativo. Asimismo, los entornos que habitan estos NNA agregan otra capa a los desafíos socioemocionales, cuando son cotidianamente permeados por la violencia, generando temor y desconfianza. Esta realidad se alinea con los datos recolectados a nivel comunal de cada establecimiento, subrayando la vulnerabilidad en la que se desenvuelven los estudiantes.
Adicionalmente se aplicó el test de Aprendizaje Socioemocional (ASE) (Arab, 2007) para obtener datos estadísticos-descriptivos durante marzo y abril de 2023 en 630 niños y niñas entre 3° y 8° básico de colegios con IVE igual o superior al 70% de las regiones de LA y Ñuble. Los resultados indican que en LA, el 60% de los NNA considerados manifiesta problemas en su desarrollo socioemocional, mientras que en Ñuble la cifra alcanza el 70%.
Por último, el análisis por medio de entrevistas semiestructuradas a líderes educativos de 13 escuelas de LA y RM señalan la creciente conciencia del papel que juega el bienestar socioemocional al interior de la escuela, apuntando a la pandemia como un hito importante en el deterioro de este. Entre las áreas de mejora se cuentan la necesidad de optimizar los tiempos para trabajar la metodología de HSE en la jornada escolar, las dificultades para fortalecer el ASE en espacios educativos convencionales, la ausencia de intervenciones y la falta de capacitación del equipo docente en temas relacionados con el desarrollo socioemocional.
Lo innovador
El programa propone talleres en diferentes disciplinas para cautivar el interés y promover el aprendizaje socioemocional en los niños, niñas y adolescentes (NNA) a través de experiencias significativas (Sokugawa, 2022; Chan et al, 2021).
El formato de los talleres sigue el modelo de las After School norteamericanas, ofreciendo un espacio para promover intereses de los NNA a la vez que se aprovecha el potencial para el desarrollo de HSE (Hurd & Deutsch, 2017; Benavides et al., 2020; Fisher et al, 2023).
Este programa cuenta con un sello de adaptabilidad a las necesidades de cada institución educativa, con modelos de implementación flexibles que resaltan su capacidad para integrarse en diversos contextos educativos. Por ende, se diferencia de otros programas de ASE, como el programa Habilidades para la Vida del Ministerio de Desarrollo Social o el programa Pasos de la Universidad de los Andes, que se enfocan en la formación socioemocional a través de la alfabetización, aprovechando horas lectivas de orientación.
En efecto, Kiri aprovecha las instancias curriculares y extracurriculares para promover ASE de manera lúdica, para que el aprendizaje sea efectivo y atractivo para NNA (Sokugawa, 2022; Chan et al, 2021; Li et al, 2021). Además Kiri tiene una aproximación sistémica, vinculando a todos los actores de la comunidad educativa a través de sus componentes y promueve el compromiso y participación de gobiernos locales, teniendo así un modelo que suma fuerzas desde el territorio ampliado por un objetivo colectivo.
Por último, este programa, en conjunto con el equipo de Efecto Colectivo, busca generar un modelos de excelencia de asociatividad para la innovación social, siguiendo como elementos centrales el trabajo con el territorio, la importancia de la evidencia y la evaluación, y la construcción de una estrategia de escalabilidad sostenible y que responda a las necesidades reales de los diversos contextos educativos.